«Querida Blanca, te quiero.»
Esperé tres años y siete
meses para que llegases a mi vida,
shh, no me habléis de
sonrisas ahora,
seguro que nadie podría
superar la mía.
Hablemos de jugar a hacer
formas
con las sombras que
proyectan nuestras manos.
Hablemos de cómo
hablábamos de ir a Nunca Jamás,
y reunirnos con Peter y
los niños perdidos.
Hablemos de cuando nos
reíamos a las dos de la mañana
en la misma cama,
de cómo nos llamaban la
atención,
y volvíamos a reír.
Hablemos de cómo pasa el
tiempo,
de que no cambia nada
entre nosotras,
de que te sigo queriendo
igual o más que siempre.
Eres de ese tipo de
poesía
que carece de cualquier
tipo de regla
para llamarse como tal.
Hablemos de esa guerra
que tienes dentro,
hablemos de cómo no me
temblaría la mano
por entrar en un combate
cuerpo a cuerpo
mientras sea para
salvarte.
Que no dejaría que nadie
te hiciera daño,
que cambiaría todas tus
lágrimas,
para poder llorarlas yo.
Es mi hermana, pero
también mi mejor amiga,
la que si me busca,
siempre me encuentra,
y la que me tiene, sin
necesidad de buscarme.
Ella es mi verbo
incondicional, la única que sé
que no dejaré de querer
nunca.
Ella, es mi aliada eterna
en esta vida.
Feliz cumpleaños,
pequeña.