jueves, 19 de junio de 2014

Que baje y lo vea.


Estoy a la espera de que baje la Luna,
y se ponga el Sol
que por mucha primavera que sea
aquí sigue haciendo frío sin su presencia
y en la noche, cuando me meto en la cama,
tu olor parece envolverme en una nube 
de amor, nostalgia, o yo qué se.

Vamos, Luna, baja y hazme compañía tú
haremos buena pareja;
tú Luna, y yo lunática, 
por él
¿qué me dices?

No soy de piropos, pero te diré
(le diré, si me permites)
que sus ojos no tienen competencia con tu luz,
y lo siento, Luna, pero tendrías que verle
para saber
por qué estoy al borde 
de sus pestañas
y por qué me tiemblan las piernas.



jueves, 17 de abril de 2014

Delirios.

Delirar, como deliran las cosas que se desarman.

Como cuando te desnudas delante de esa persona por primera vez.

Como esa frase corta, que te marca.

Como cuando quieres dar un paso, y das un traspié.

Delirar, pero por favor, que sea contigo.

domingo, 6 de abril de 2014

¿Qué pasa cuando las flores lloran?



Es primavera, y puedo oír el quejido de las flores.

Se quejan de los amores falsos y temporeros,

de aquellos que una vez les prometieron rocío,

y les tiraron barro encima. 

Como tú hiciste con aquella chica,

prometiéndole lunas que ni siquiera exisistían,

y ella, pobre ilusa, masticando y tragando cada una de tus

(putas) palabras.

Ya no sé si fuiste tú el que le tirabas barro,

o eras tú, el mismísimo barro. (enterrándola viva.)

Sea lo que fuere, 

tú la mataste.

Tú te cargaste a la flor que lloraba.


viernes, 3 de enero de 2014

Mil noches y una.

No es que tenga insomnio. O sí.
La verdad, es que ya no distingo el insomnio con eso de echarte de menos.
Se están convirtiendo en sinónimos, o están cogiendo cierta dependencia, porque una conlleva a la otra. 

Hay noches de risas, de llantos, de silencios, de abrazos, de nostalgias, de monstruos, de caricias, besos, de angustias, de pánico, de miedo, de inseguridad, de incertidumbre, de desconcierto, de asombro, pero sobre todo, de amor. Por mucho que suene cursi. Pero sí, él es el causante de nuestros insomnios, del mío.
No es mal de amores, más bien, es "bien de amores".
Es ese cosquilleo en el estómago que te hace pasar la noche en vela, deseando estar con esa persona que pone tu mundo patas arriba, y eso, para mí, es arte, chico. ¿Qué le voy a hacer si veo arte en todo lo que haces? 

Y es que no tienes ni puta idea de lo que daría por estar contigo.
Ahora.
En una cama. 
En cualquier parte.


Que sí, que llevo mil noches sin dormir, y con esta, sumamos una más.